Los carburantes y los alimentos y bebidas no alcohólicas descendieron y la electricidad subió.
Según los datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos frescos por su volatilidad, aumentó una décima, hasta el 2,4 %, encadenando dos meses consecutivos de repunte.
De julio a agosto, el IPC no varió, a diferencia del descenso del 0,1 % registrado en julio, que puso fin a nueve meses seguidos de incrementos. El IPCA, el índice armonizado que Eurostat utiliza para comparar el IPC entre países, también se mantuvo estable en el 2,7 % interanual. El INE confirmará los datos definitivos el 12 de septiembre.
Desde el Ministerio de Economía subrayan que la estabilidad de los precios, junto con la subida de los salarios, está favoreciendo que los hogares recuperen poder adquisitivo. Sin embargo, el Banco Central Europeo (BCE) tiene mayor presión. Las tensiones comerciales de los aranceles de Estados Unidos llevó a la entidad a interrumpir su ciclo de bajadas de tipos de interés. Su presidenta, Christine Lagarde, advirtió posteriormente que, tras la resistencia mostrada en meses previos, la economía de la eurozona podría desacelerarse en el tercer trimestre por el impacto de la guerra comercial.