¿Qué es el salario en especie y cómo tributa?

El salario en especie, también conocido como retribución en especie, es el pago de parte del sueldo de un empleado con bienes o servicios en vez de en metálico. Aunque el trabajador no recibe dinero, se considera igualmente un ingreso por trabajo, por tanto, debe salir en la nómina. En concreto, dentro de los devengos o percepciones salariales.

Se ofrece en una relación laboral, o lo que es lo mismo, debe ser una forma de pago por un trabajo realizado. Además, no todos los trabajadores de una empresa suelen tener salario en especie y no siempre se ofrece lo mismo. Normalmente, se negocia entre empleado y empleador de forma individual (similar a lo que ocurre con los depósitos en especie: el regalo no es siempre el mismo, ya que depende de la entidad bancaria).

Hay muchos bienes o servicios que una empresa puede dar como salario en especie, y han ido variando a lo largo de los años. Algunos ejemplos son:

• uso de coche de empresa,
• vivienda proporcionada por la empresa,
• seguro médico privado,
• cheques restaurante o vales de comida,
• participaciones o acciones de la empresa,
• dispositivos electrónicos.

Ten en cuenta que todos los bienes y servicios que se pueden recibir como salario en especie no tienen la misma tributación en España (como verás más adelante en este artículo). De hecho, algunas opciones son más ventajosas que otras desde un punto de vista fiscal porque no tienen que tributar. Por ende, si la empresa te da a elegir entre varias opciones como salario en especie, comprueba su tributación.

Cuando recibas la nómina, podrás ver tanto el salario en especie como el salario dinerario, es decir, tanto las percepciones salariales en dinero (sueldo, pluses, etc.) como las percepciones salariales en especie. La suma de ambos es el total devengado. No olvides que la especie no aumenta el líquido a percibir, pero sí cuenta para las bases de cotización y el IRPF.

Puedes ver un ejemplo en la siguiente tabla:

Todas las rentas de trabajo que obtiene el trabajador se tienen en cuenta para calcular las cotizaciones a la Seguridad Social y el salario en especie no es una excepción. Es más, si el empleado es despedido, esos bienes y servicios también suman para la indemnización.

Asimismo, un trabajador no puede cobrar todo su salario en especie; existe un límite que es de un 30 % del sueldo que recibe el empleado.

En cuanto al IRPF, el salario en especie se debe declarar en la declaración de la Renta como rendimientos de trabajo. Según el artículo 43 de la Ley 35/2006 del IRPF, la retribución en especie se valora por su valor normal de mercado, incluyendo los impuestos indirectos. A modo de ejemplo, según dicho artículo, se declara el 20 % del coste del coche y el 10 % del valor catastral de la vivienda.

No obstante, algunos salarios en especie no tributan. Tal y como indica la Agencia Tributaria, no tienen la consideración de rendimientos de trabajo en especie, entre otros:

• Las participaciones o acciones de la empresa siempre que no excedan los 12.000 € anuales, en las condiciones establecidas reglamentariamente.

• La actualización, capacitación, o reciclaje si se exigen para el desarrollo de la actividad profesional o por la naturaleza del puesto.

• El comedor de empresa o cantina si no se superan los 11 € diarios.

• Los seguros de enfermedad cuando las primas o cuotas no excedan los 500 € al año (o 1.500 € si son personas con discapacidad).

• Las primas o cuotas de los seguros de accidente laboral o responsabilidad civil.

• Los servicios de educación (preescolar, infantil, primaria, secundaria obligatoria, bachillerato y formación profesional para los hijos de los empleados).

• Identifica el valor de mercado del bien o servicio.
• Comprueba si está exento de IRPF.
• Suma el importe a la base de cotización.
• Aplica el límite máximo del 30 %.
• Refleja el valor en la nómina mensual.

• Mayor poder adquisitivo: el trabajador no aumenta su retención ni su cotización en la misma proporción que en un aumento salarial en metálico.

• Exención fiscal: algunas retribuciones en especie están total o parcialmente exentas de tributación, por lo que no aumenta la base imponible del trabajador y, consecuentemente, no paga más impuestos. 
• Reduce los costes para la empresa: la retribución en especie puede incrementar menos los costes laborales totales para la empresa. 

• No es dinero en metálico: el trabajador no puede usarlo libremente para otros gastos.
• Tributación y cotización: gran parte de la remuneración en especie ofrecida por las empresas sí tributa y cotiza a la Seguridad Social.
• Límite legal: no puede superar el 30 % del salario total, según el Estatuto de los Trabajadores.
• Valoración compleja: requiere cálculos y gestión fiscal más complicados.
• Desaprovechamiento: si no utilizas el salario en especie que recibes de tu empresa, por ejemplo, los vales de comida, dejas perder parte de tu salario.

En la siguiente tabla comparativa puedes ver las diferencias entre salario en especie y retribución flexible:

• Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores.

• Agencia Tributaria, Rendimientos del trabajo en especie.
• Seguridad Social, Cotización de la retribución en especie.
• Boletín Oficial del Estado (BOE), artículo 43 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de modificación parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de no Residentes y sobre el Patrimonio.