Los fondos monetarios son un tipo de fondo bastante peculiar, ya que centran su inversión en activos a muy corto plazo. Pueden proporcionar bastante estabilidad y liquidez al inversor, pero un beneficio bajo. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
Los fondos monetarios limitan su cartera de inversión a activos de renta fija a muy corto plazo, en general, no superan los 6 meses.
Tienen una liquidez alta, ya que están obligados a aceptar reembolsos y suscripciones de manera diaria.
Puedes utilizarlos como activo refugio o de transición, y a muy corto plazo pueden ofrecer una rentabilidad superior a la de otros productos.
Sin embargo, cuando el BCE baja tipos, su rentabilidad suele bajar más que la de otros productos. Por este motivo, para obtener una rentabilidad más alta a medio y largo plazo, los depósitos a plazo fijo son una mejor opción.
Un fondo monetario es una Institución de Inversión Colectiva (IIC) con una política de inversión muy específica. Estos fondos de inversión se centran en activos del mercado monetario a corto o muy corto plazo. En concreto, en activos de renta fija con un vencimiento medio de 6 meses, aunque pueden llegar a vencimientos de hasta 2 años.
Por ende, no tienen en su cartera de inversión activos de renta variable. Además, para ser considerados como tal en España, no pueden estar expuestos a otras divisas extranjeras como el dólar o el yen.
Estas características los convierten en una opción muy líquida y estable, apta para aquellos ahorradores que busquen estabilidad y baja volatilidad. De hecho, también se utilizan como valor refugio, sobre todo ante escenarios bajistas o de alta volatilidad e incertidumbre.
Un fondo monetario funciona como cualquier otro fondo de inversión. Por un lado, hay una gestora del fondo que lo promociona y administra, por otro, una entidad depositaria que guarda y vigila el capital.
Los partícipes aportan capital al fondo monetario a cambio de una rentabilidad, pero pagan una comisión, tanto de depósito como de gestión. No obstante, los fondos monetarios, para ser considerados como tales, limitan su política de inversión de la siguiente manera:
El vencimiento medio de los activos no puede ser superior a los 6 meses.
El 90 % de los activos de la cartera debe tener un vencimiento inferior a los 24 meses.
No incluyen valores de renta variable, materias primas o deuda subordinada.
Los activos tienen que tener la calificación crediticia por encima de A2, certificada por una empresa de rating.
De esta forma, los mercados monetarios a los que acuden los fondos monetarios para conformar su cartera de activos siguiendo los preceptos anteriores son los siguientes:
Mercados de deuda pública: son la deuda que emiten los gobiernos de los países para financiar sus partidas de gasto. Por ejemplo, las Letras del Tesoro en España.
Mercados interbancarios: el principal propósito de estos mercados es que los bancos se presten dinero entre ellos. Se trata de operaciones a muy corto plazo, de menos de una semana.
Mercado de activos empresariales: las empresas acuden a este mercado para satisfacer sus necesidades de financiación a corto plazo, principalmente mediante pagarés.
Como ves, los activos financieros de los fondos monetarios están limitados. Por eso, es un tipo de inversión de bajo riesgo, con poca volatilidad y muy líquida. Es más, los fondos monetarios están obligados a aceptar suscripciones de nuevos partícipes todos los días, así como reembolsos y devoluciones. De ahí que sus activos sean muy líquidos.
Al tener un riesgo bajo y una liquidez elevada, ofrecen una rentabilidad baja, que puede llegar a ser negativa. Concretamente, la rentabilidad varía según la política monetaria del Banco Central Europeo y el tipo de interés al que el BCE presta dinero a los bancos.
En este sentido, el BCE tiende a subir los tipos cuando hay inflación (mayor rentabilidad de los fondos monetarios), pero si hay estancamiento económico, el BCE bajará los tipos de interés (y la rentabilidad será menor). Específicamente, la rentabilidad de muchos de estos fondos viene dada por el índice EONIA, «Euro Overnight Index Average».
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A continuación, descubre las principales particularidades de los fondos monetarios:
Las comisiones de los fondos monetarios suelen ser bastante más bajas que las de otros fondos de inversión. Tanto es así, que la comisión de gestión está limitada al 1 % anual del patrimonio del fondo, frente al 2,25 % de los fondos convencionales.
Al no estar compuestos por activos de renta variable y centrarse solo en activos a corto o muy corto plazo, de renta fija y con baja volatilidad, este tipo de fondos es uno de los más seguros del mercado. Su principal riesgo son las políticas del Banco Central Europeo, que afectan al precio del dinero y al índice EONIA.
Tienen ventajas fiscales, pues los partícipes pueden traspasar el capital depositado en un fondo monetario a otro fondo sin tener que tributar. O dicho de otro modo, solo pagas impuestos al hacer el reembolso si hay una plusvalía. Esta diferencia entre el dinero que inviertes y el dinero que reembolsas tributa en la base imponible del ahorro de la declaración de la Renta con los siguientes tipos impositivos:
RENDIMIENTO | RETENCIÓN |
Hasta 6.000 € | 19 % |
De 6.000 € a 50.000 € | 21 % |
De 50.000 € a 200.000 € | 23 % |
De 200.000 € a 300.000 € | 27 % |
Más de 300.000 € | 30 % |
Estas son las principales ventajas y desventajas de los fondos monetarios:
Ventajas | Desventajas |
Comisiones más bajas. | Bajas rentabilidades. |
Menor riesgo y volatilidad que la renta variable. | La rentabilidad puede llegar a ser negativa. |
Se pueden considerar un activo refugio cuando los mercados tienen tendencias bajistas o de alta volatilidad. | Cuando el Banco Central Europeo baja tipos, suelen ser los productos que más bajan sus rentabilidades. |
Alta liquidez. |
De esta manera, un fondo monetario es adecuado para inversores que quieran cambiar de estrategia y no hacer un reembolso para no pagar impuestos. Es decir, utilizarán el fondo monetario para depositar sus ahorros de manera temporal y los recuperarán cuando quieran. También son una opción para inversores conservadores que quieran protegerse ante escenarios de rentabilidades negativas y volatilidades altas.
Los fondos del mercado monetario se pueden clasificar de dos formas, según los activos y según su valor liquidativo.
Fondo monetario empresarial: compuesto por pagarés de empresas.
Fondo monetario de valor liquidativo constante de deuda pública: el valor de suscripción y el de reembolso es el mismo. Una de las condiciones de esta clase de fondos monetarios es invertir la mayor parte de su capital en deuda pública.
La principal diferencia entre un fondo monetario y un fondo de renta fija es que en el primero la mayoría de los activos (el 90 %) debe tener un plazo de vencimiento de menos de dos años. En los fondos de renta fija no existe este requisito. Asimismo, en un fondo monetario los activos deben tener una calificación crediticia superior a A2, y esto puede no darse en los fondos de renta fija.
Si después de leer este artículo has decidido que invertir en fondos monetarios no es la mejor opción para ti porque buscas una rentabilidad más alta, puedes optar por contratar depósitos bancarios o cuentas remuneradas.
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El riesgo de los fondos monetarios es muy bajo, pero las políticas del BCE, que afectan al precio del dinero y al índice EONIA, pueden disminuir sus rentabilidades.
Sí puedes perder dinero en un fondo monetario porque la rentabilidad no está garantizada. Con todo, es bastante improbable porque los activos deben tener más de un A2 de calificación crediticia.
Aunque las rentabilidades de los fondos monetarios han bajado por los recortes de tipos del BCE, se estima que en 2025 sean de entre el 2 y el 3 %.
Los fondos monetarios invierten en activos de renta fija a corto o muy corto plazo (con un vencimiento medio de 6 meses).