Una de las preguntas que debes hacerte antes de invertir es: ¿quiero una inversión a corto o largo plazo? Pero ¿conoces las diferencias entre una inversión a corto plazo y una a largo plazo?
Para elegir entre inversión a corto o largo plazo hazte las siguientes preguntas: ¿cuándo me gustaría acceder a mi capital? ¿Qué rendimiento y riesgo busco?
Una inversión a corto plazo puede ser una buena opción si necesitas el dinero en un futuro próximo.
¿No vas a usar tus fondos en varios años? En tal caso, puedes elegir una inversión a largo plazo.
Una inversión a largo plazo es una opción si no necesitas tu capital durante unos años. Si planeas utilizarlo en un futuro próximo, elige productos financieros a corto plazo.
Recuerda que diversificar es la mejor estrategia de inversión, por lo que puedes combinar productos de inversión a corto y largo plazo. En cualquier caso, la inversión que más te conviene siempre va a depender de tus objetivos financieros. Si todavía no sabes cuáles son, responder a estas preguntas te ayudará a definirlos: ¿qué rentabilidad y liquidez busco? ¿Qué riesgo quiero asumir?
Como su nombre indica, las inversiones financieras a corto plazo son aquellas que duran poco tiempo. En concreto, tienen un horizonte temporal de menos de un año. También hay productos de ahorro a corto plazo, como los depósitos a 3 meses o los depósitos a 6 meses en los que el ahorrador deja su dinero al banco a cambio de un tipo de interés fijo. En este caso, el riesgo es menor que en las inversiones a corto plazo porque el capital está protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos del país en el que contrates el producto hasta 100.000,00 € por depositante y banco.
Si tienes alta aversión al riesgo, también puedes optar por cuentas remuneradas, ya que son depósitos a la vista en los puedes retirar los fondos en cualquier momento.
Las acciones de una empresa son un tipo de inversión a corto plazo, aunque también puedes invertir en ellas a largo plazo.
Por otro lado, existen diferentes estrategias de inversión para invertir a corto o muy corto plazo. Por ejemplo, el day trade (trading intradiario) es una técnica arriesgada que consiste en comprar y vender en un mismo día, mientras que en el swing trade las operaciones se cierran en varias semanas. Más exactamente, esta última estrategia de inversión a corto plazo consiste en hacer análisis técnicos (gráficos e indicadores) para ver la tendencia del precio y tomar decisiones.
Las inversiones financieras a largo plazo son aquellas de más de un año. Tal es el caso de los fondos indexados y los planes de pensiones, que son tipos de inversiones a largo plazo.
¿Has decidido invertir a largo plazo? Entonces ten en cuenta estos consejos: no entres en pánico cuando el valor caiga y evita vender si el mercado no está en su mejor momento. El mercado es cíclico y siempre se recupera de las caídas, aunque puede llevar un tiempo. Si te retiras cuando los precios son bajos, puedes perder parte o todo el dinero invertido. Por eso, lo recomendable es esperar un tiempo para que los precios se recuperen.
De todos modos, todas las inversiones a largo plazo no son iguales y tienen diferente riesgo. Si prefieres rentabilizar tus ahorros con productos de bajo riesgo, puedes optar por depósitos a 12 meses, depósitos a 24 meses o depósitos a 36 meses, dependiendo de cuándo necesites tus ahorros.
Las principales diferencias entre las inversiones a corto plazo y a largo plazo son las siguientes:
La diferencia más evidente es el plazo de vencimiento. Una inversión a corto plazo es inferior a un año, como las Letras del Tesoro. En cambio, una inversión a largo plazo siempre va a ser de varios años, como las Obligaciones del Estado.
A lo largo de la vida tendrás diferentes necesidades de inversión. Así, cuando eres joven puedes elegir una inversión a corto plazo para generar un dinero extra. Ahora bien, si tienes más ahorros en el banco, lo que suele ocurrir pasados los veinte o incluso los treinta, lo más probable es que prefieras invertir a largo plazo porque no necesitas acceder al capital en un futuro próximo y puedes vivir con tus ingresos activos.
Toda inversión conlleva riesgos, siendo la volatilidad el riesgo principal de los mercados financieros. Sin embargo, en las inversiones a largo plazo, al tener un horizonte temporal más amplio, el mercado puede tener tiempo de recuperarse. Además, a corto plazo corres el riesgo de perderte los mejores días del mercado.
Vistas las principales diferencias entre invertir a corto o largo plazo, ¿ya sabes qué tipo de inversión prefieres? No olvides que si eres un inversor conservador, puedes optar por productos financieros que te den rentabilidad.
Interés compuesto: puedes maximizar la rentabilidad gracias al interés compuesto. | Falta de liquidez: no puedes acceder a tu dinero si lo necesitas para pagar imprevistos. |
Menos riesgo: al tener un horizonte temporal amplio, el mercado puede recuperarse de las caídas, lo que reduce el riesgo. | Pérdida de poder adquisitivo: la inflación puede hacer que puedas comprar menos con la rentabilidad obtenida. |
Fiscalidad ventajosa: en algunas inversiones, su fiscalidad te permite pagar menos impuestos porque solo se tributa en el rescate. | Gestión emocional: puedes tomar malas decisiones, como vender por las caídas del mercado. |
Menos atención: no necesitas analizar y seguir tu inversión a largo plazo todos los días. |
Alta liquidez: puedes acceder a tu capital en poco tiempo. | Comisiones: invertir a corto plazo suele implicar pagar más comisiones de compraventa. |
Rentabilidad inmediata: si consigues un beneficio, no tendrás que esperar mucho para tenerlo en tu cuenta corriente. | Más atención: las inversiones a corto plazo suelen requerir que sigas los movimientos del mercado de cerca. |
Flexibilidad: puedes cambiar de estrategia de inversión después del plazo para adaptarte a los cambios del mercado. | Pérdidas: si el valor del activo financiero baja y necesitas recuperar tu dinero, tendrás pérdidas a menos que decidas esperar a que el mercado se recupere. |
Sí, puedes invertir a corto plazo y a largo plazo siempre y cuando esta decisión responda a tus necesidades. A modo de ejemplo, no inviertas a largo plazo si crees que vas a necesitar tus ahorros en dos meses.
El principal riesgo es que puedas necesitar tu capital y que el valor del activo no evolucione como esperabas. De ser así, tendrías que esperar a que suba su precio para no tener pérdidas.
En vez de buscar el mejor plazo si inviertes con poco dinero, pregúntate si lo necesitarás a corto plazo. Solo si la respuesta es negativa, puedes considerar las inversiones a largo plazo.